¿Contra Quién es la Guerra?
Efesios 6:12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
La batalla es terrible. Los disparos no cesan. Las balas cruzan los aires buscando a alguna vida que terminar. Los soldados son valientes, no hay cabida a la derrota y la consigna es solamente la victoria. La guerra arrecia hasta el anochecer y no hay un minuto de descanso, pero cuando amanece se ven los resultados. El enemigo ha huido, y aunque varios compañeros han caído, esa batalla se ha ganado. El ejército ha sido vencedor.
Podemos pensar que esta escena la hemos visto en cualquier película de Hollywood o aun en los periódicos o reportes desde Iraq o Afganistán en el noticiero de la tarde. Pero aunque es posible, y aun hasta cierta, esta también ocurre en el
campo espiritual. Y allí estamos todos involucrados. No importa si somos creyentes o no. Tenemos un enemigo que su pasión es dañarnos, matarnos, destruirnos.
En esta ocasión no voy ni siquiera a hablar del infierno, quiero que veamos lo que Satanás hace para destruirnos y aun estar en vida. El quiere tronchar nuestra felicidad, nuestra relación familiar, con los hermanos de la Iglesia y dejarnos tirado en la calle para que muramos allí. El quiere lograr por todos los medios posibles que nuestra relación más importante que es con Dios, se destruya.
Métodos de Ataque del Enemigo:
1. Utiliza a otras personas– 2 Pedro 3:17 Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea
que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. 2 Timoteo 4:14-15 Alejandro el calderero
me ha causado muchos males; el Señor le pague conforme a sus hechos. (15) Guárdate tú también de él, pues en gran manera se ha opuesto a nuestras palabras. 2 Tesalonicenses 3:14-15 Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ése señaladlo, y no os juntéis con él, para que se avergüence. (15) Más no lo tengáis por enemigo, sino amonestadle como a hermano.
2. Influye en los pensamientos- Romanos 12:3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme
a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. Proverbio 23:7 Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él. (El
hombre)
Esos Pensamientos nos hacen sentir en muchas ocaciones;
a. impotentes
b. sucios
c. pecadores
d. Alejados de Dios
3. Ataca nuestra identidad - Mateo 4:3 Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios… Job 1:9-11 Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde? (10) ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra. (11) Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia.
Ejemplo de Pedro – Lucas 22:31-32; Mateo 26:69-75; Juan
21: 15-19
4. Ataca nuestro cuerpo (enfermedad) - Lucas 13:11 y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar. Hechos 10:38 cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Tenemos que estar alerta a sus maquinaciones, en 2 Corintios 2:11 dice “para que Satanás no gane ventaja alguna sobre
nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones.” Nos corresponde conocer sus estrategias para no caer presa de sus ataques. Y estar preparados para el contraataque es imperativo que conozcamos el plan de Dios.
El plan de DIos se resume en los siguientes puntos:
1. El amor de Dios - Romanos 5:8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. 1 Juan 3:1 Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto
el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.
2. Su Justificación - Romanos 5:1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; 1 Juan 1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
3. Somos sus Hijos – Juan 1:12-13 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; (13) los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. Romanos 8:15-17 Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor,sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos:¡Abba, Padre! (16) El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu,
de que somos hijos de Dios. (17) Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. 1 Juan 3:2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.
4. Tenemos el Poder del Espíritu Santo – Mateo 10:1 Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia. Hechos 1:8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. 2 Timoteo 1:7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
5. La capacidad de restauración – Gálatas 6:1-2 Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. (2) Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.
Dios nos ha dado un plan, las estrategias y las armas para obtener la victoria. Como Romanos 8 nos dice, “somos más que vencedores en Cristo.” Nuestra lucha, o guerra no es contra el vecino, el patrón, el conyugue, los hijos, los hermanos de la iglesia. No batallamos contra carne y sangre pero con el ejército de Satanás. No veamos la situación con nuestros
ojos físicos tenemos que aprender a utilizar los ojos espirituales. Daniel tenía una petición ante Dios y l respuesta tardó veintiún días por la oposición que tuvo el mensajero del Señor, Daniel 10:12-13 Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. (13) Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia.” La guerra
espiritual es tan real como la guerra que estamos viviendo en este mundo. Pero tenemos una gran noticia, el diablo y sus demonios están derrotados, Apocalipsis 12:7-9 nos indica que “Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y
sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; (8) pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. (9) Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y
Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.” Y Apocalipsis 17:14 dice “Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles.”
La batalla fue decidida hace 2000 años atrás. Cristo en la cruz del calvario obtuvo la victoria, pues el mismo dijo: “confiad yo he vencido al mundo.” Es la confianza que tenemos en el nuestras luchas han sido ganadas. Lo que venga contra nosotros, no es de carácter físico o material; Se manifiesta así, pero su origen es espiritual. Por lo tanto, vivamos
en el espíritu para ver lo espiritual y alcanzar las victorias espiritualmente, 1 Corintios 2:13 dice, “…acomodando lo espiritual a lo espiritual.” Y 2 Corintios 10:3-5 “Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; (4) porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, (5) derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo…”
¿Y cuáles son estas armas poderosas? El Apóstol Pablo las menciona en Efesios 6:13-18 “Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. (14) Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, (15) y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. (16) Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de
fuego del maligno. (17) Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; (18) orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica…” Cuando nos vestimos de esta armadura y estamos entrenados para la guerra espiritual el enemigo no nos podrá destruir.
Efesios 6:12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
La batalla es terrible. Los disparos no cesan. Las balas cruzan los aires buscando a alguna vida que terminar. Los soldados son valientes, no hay cabida a la derrota y la consigna es solamente la victoria. La guerra arrecia hasta el anochecer y no hay un minuto de descanso, pero cuando amanece se ven los resultados. El enemigo ha huido, y aunque varios compañeros han caído, esa batalla se ha ganado. El ejército ha sido vencedor.
Podemos pensar que esta escena la hemos visto en cualquier película de Hollywood o aun en los periódicos o reportes desde Iraq o Afganistán en el noticiero de la tarde. Pero aunque es posible, y aun hasta cierta, esta también ocurre en el
campo espiritual. Y allí estamos todos involucrados. No importa si somos creyentes o no. Tenemos un enemigo que su pasión es dañarnos, matarnos, destruirnos.
En esta ocasión no voy ni siquiera a hablar del infierno, quiero que veamos lo que Satanás hace para destruirnos y aun estar en vida. El quiere tronchar nuestra felicidad, nuestra relación familiar, con los hermanos de la Iglesia y dejarnos tirado en la calle para que muramos allí. El quiere lograr por todos los medios posibles que nuestra relación más importante que es con Dios, se destruya.
Métodos de Ataque del Enemigo:
1. Utiliza a otras personas– 2 Pedro 3:17 Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea
que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. 2 Timoteo 4:14-15 Alejandro el calderero
me ha causado muchos males; el Señor le pague conforme a sus hechos. (15) Guárdate tú también de él, pues en gran manera se ha opuesto a nuestras palabras. 2 Tesalonicenses 3:14-15 Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ése señaladlo, y no os juntéis con él, para que se avergüence. (15) Más no lo tengáis por enemigo, sino amonestadle como a hermano.
2. Influye en los pensamientos- Romanos 12:3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme
a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. Proverbio 23:7 Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él. (El
hombre)
Esos Pensamientos nos hacen sentir en muchas ocaciones;
a. impotentes
b. sucios
c. pecadores
d. Alejados de Dios
3. Ataca nuestra identidad - Mateo 4:3 Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios… Job 1:9-11 Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde? (10) ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra. (11) Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia.
Ejemplo de Pedro – Lucas 22:31-32; Mateo 26:69-75; Juan
21: 15-19
4. Ataca nuestro cuerpo (enfermedad) - Lucas 13:11 y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar. Hechos 10:38 cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Tenemos que estar alerta a sus maquinaciones, en 2 Corintios 2:11 dice “para que Satanás no gane ventaja alguna sobre
nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones.” Nos corresponde conocer sus estrategias para no caer presa de sus ataques. Y estar preparados para el contraataque es imperativo que conozcamos el plan de Dios.
El plan de DIos se resume en los siguientes puntos:
1. El amor de Dios - Romanos 5:8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. 1 Juan 3:1 Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto
el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.
2. Su Justificación - Romanos 5:1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; 1 Juan 1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
3. Somos sus Hijos – Juan 1:12-13 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; (13) los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. Romanos 8:15-17 Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor,sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos:¡Abba, Padre! (16) El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu,
de que somos hijos de Dios. (17) Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. 1 Juan 3:2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.
4. Tenemos el Poder del Espíritu Santo – Mateo 10:1 Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia. Hechos 1:8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. 2 Timoteo 1:7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
5. La capacidad de restauración – Gálatas 6:1-2 Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. (2) Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.
Dios nos ha dado un plan, las estrategias y las armas para obtener la victoria. Como Romanos 8 nos dice, “somos más que vencedores en Cristo.” Nuestra lucha, o guerra no es contra el vecino, el patrón, el conyugue, los hijos, los hermanos de la iglesia. No batallamos contra carne y sangre pero con el ejército de Satanás. No veamos la situación con nuestros
ojos físicos tenemos que aprender a utilizar los ojos espirituales. Daniel tenía una petición ante Dios y l respuesta tardó veintiún días por la oposición que tuvo el mensajero del Señor, Daniel 10:12-13 Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. (13) Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia.” La guerra
espiritual es tan real como la guerra que estamos viviendo en este mundo. Pero tenemos una gran noticia, el diablo y sus demonios están derrotados, Apocalipsis 12:7-9 nos indica que “Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y
sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; (8) pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. (9) Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y
Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.” Y Apocalipsis 17:14 dice “Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles.”
La batalla fue decidida hace 2000 años atrás. Cristo en la cruz del calvario obtuvo la victoria, pues el mismo dijo: “confiad yo he vencido al mundo.” Es la confianza que tenemos en el nuestras luchas han sido ganadas. Lo que venga contra nosotros, no es de carácter físico o material; Se manifiesta así, pero su origen es espiritual. Por lo tanto, vivamos
en el espíritu para ver lo espiritual y alcanzar las victorias espiritualmente, 1 Corintios 2:13 dice, “…acomodando lo espiritual a lo espiritual.” Y 2 Corintios 10:3-5 “Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; (4) porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, (5) derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo…”
¿Y cuáles son estas armas poderosas? El Apóstol Pablo las menciona en Efesios 6:13-18 “Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. (14) Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, (15) y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. (16) Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de
fuego del maligno. (17) Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; (18) orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica…” Cuando nos vestimos de esta armadura y estamos entrenados para la guerra espiritual el enemigo no nos podrá destruir.